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¿Qué es el Realismo Mágico en la Literatura?

venadoa • 8 de mayo de 2020

El realismo mágico literario surgió en América Latina. A comienzos del siglo XX, era muy común que los escritores viajan frecuentemente a los centros culturales europeos como Berlín, París o Madrid, y fueron influenciados por el movimiento artístico de la época.

Los escritores Alejo Carpentier o Arturo Uslar-Pietri, por ejemplo, fueron fuertemente influenciados por movimientos como el surrealismo durante sus estadías en París entre 192 y 1930.

Sin embargo, la publicación de la traducción de Roh en la Revista de Occidente, encabezada por la figura literaria de Ortega y Gasset , fue el disparador de la vinculación de los realismos mágicos pictóricos y literarios.

Jorge Luis Borges inspiró y alentó a otros escritores latinoamericanos en el desarrollo de este nuevo género, particularmente en su primera publicación del realismo mágico “Historia Universal de la Infamia”, en 1935.

Entre 1940 y 1950, el realismo mágico latinoamericano alcanzó su apogeo con una gran cantidad de escritores principalmente argentinos.

Visión del mundo occidental y del mundo nativo
La perspectiva crítica hacia el realismo mágico como un conflicto entre la realidad y la anormalidad proviene de la disociación del lector occidental con la mitología, una raíz del realismo mágico que las culturas no occidentales comprenden con más facilidad.

La confusión en occidente se debe a la concepción de lo real creada en un texto realista mágico. En lugar de explicar la realidad utilizando las leyes naturales o físicas, este género crea una realidad en la cual la relación entre los incidentes, los personajes y el entorno no puede basarse o justificarse por su estatus dentro del mundo físico.

Para comprenderlo, nos puede ayudar el análisis que realizó el escritor guatemalteco William Spindler en su artículo “Realismo mágico: una tipología”, que si bien tiene ciertas objeciones por parte de críticos , fue un acto de intentar categorizar el realismo mágico.

Spindler sostiene que hay tres tipos de realismo mágico, aunque no son de ninguna manera incompatibles entre ellos:

  • “Metafísico” europeo: con su sentido de extrañeza y lo extraño, ejemplificado por la ficción de Kafka.
  • “Ontológico”: caracterizado por “seriedad” al relacionar eventos inexplicables
  • “Antropológico”: en donde una cosmovisión nativa se une a la cosmovisión racional occidental.

Si bien hay muchas críticas sobre que América Latina sea la piedra angular de todas las obras del realismo mágico, es indudable que es en este continente en el que se aprovechó y expandió al máximo, ofreciendo al mundo una gran cantidad de autores del género.

Autores destacados

 

 

Horacio Quiroga, Miguel Ángel Asturias , Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier y Jorge Luis Borges son los autores más destacados del realismo mágico.

La obra “100 años de Soledad” de Gabriel García Márquez es el máximo exponente de este género literario, siendo además un fenómeno a nivel mundial.

Otro autor que en parte perteneció al realismo mágico fue Julio Cortázar , con obras como “Bestiario” y “Final del juego”.

En el caso de Borges hay una salvedad y es que se debe incluir en un movimiento contrario al realismo mágico, al negar de forma absoluta el realismo como género.

El escritor cubano Alejo Carpentier, en su prólogo al libro “Reino de este mundo”, define la escritura de Borges con un concepto propio : “real maravilloso”, el cual si bien tiene algunas semejanzas con el realismo mágico, no debe ser asimilado a éste.

También hay autores que se han destacado dentro del Realismo Mágico con algunas obras, como:

Carlos Fuentes (“Aura”)
Jorge Amado (“Doña Flor y sus dos maridos”)
Juan Ruffo (“Pedro Páramo”)
Isabel Allende (“La casa de los espíritus”)
José de la Cuadra (“Los Sangurimas”)
Arturo Uslar Pietri (“La lluvia”)
Demetrio Aguilera Malta (“Siete lunas y siete serpientes”)
Manuel Mujica Lainez (“Bomarzo”)
Laura Esquivel (“Como agua para chocolate”)
Mario Jorquera – “La harina mía”

Autores de Realismo Mágico de habla inglesa

Salman Rushide
Günter Grass
Toni Morrison (“Amado”)
Gloria Naylor
Louise Erdrich
Sherman Alexie
Louis de Bernières
Angela Carter

Características literarias del realismo mágico

Existen una serie de características que proporcionan a un texto la categoría de realismo mágico. Sin embargo, no son excluyentes ni exclusivas, y su aplicación en una obra varía, pudiendo utilizar una o muchas de ellas. Pese a ello, representan más o menos con precisión lo que podemos esperar en un texto de este estilo

Elementos fantásticos:
El realismo mágico retrata los eventos fantásticos en un tono realista. Aporta fábulas, cuentos populares y mitos a la relevancia social contemporánea.

Configuración del mundo real:
La existencia de elementos fantásticos en el mundo real, proporciona la base para este movimiento. Los escritores no inventan nuevos mundos, sino que revelan lo mágico en este mundo, como hizo Gabriel García Márquez en “Cien años de Soledad”.

La reticencia del autor:
La reticencia del autor es “la retención deliberada de información y explicaciones sobre el desconcertante mundo ficticio”, según explicó Amaryll Beatrice Chanady en su obra “El realismo mágico y lo fantástico: Antinomia resulta vs no resuelta”.

El narrador es indiferente, la historia procede con precisión lógica como si no hubiera ocurrido nada extraordinario, ya que los eventos mágicos se presentan como sucesos ordinarios, lo que hace que el lector acepte la fantasía como normal y común.

Explicar el mundo sobrenatural o presentarlo como extraordinario, reduciría inmediatamente su legitimidad en relación con el mundo natural.

Hibridez:
Las líneas de las tramas de los textos de realismo mágico emplean de manera característica los planos de realidad híbridos múltiples y en ocasiones opuestos, como urbano y rural u occidental e indígena.

Metaficción:
Este rasgo se centra en el papel del lector en la literatura. Con sus múltiples realidades y su referencia específica al mundo del lector, explora el impacto que la ficción tiene en la realidad y viceversa; dejando al lector en medio de ello.

De este modo, es una herramienta ideal para llamar la atención sobre críticas sociales o políticas.

Mayor conciencia de misterio:
Quien mejor describió este concepto fue Luis Leal, quien expresa este sentimiento como “aprovechar el misterio que respira detrás de las cosas”. Es una literatura a un nivel intensificado, en donde el lector debe abandonar los vínculos que tiene con lo convencional (avance de la trama, estructura de tiempo lineal, base científica, etc.), para intentar obtener un mayor estado de conciencia de conexión con la vida o con significados ocultos, algo que está presente en casi todas las obras de realismo mágico y que queda muy explícito en “Cien años de Soledad”.

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