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ÍNDICE
Estuve pensando en rendir un homenaje a este colectivo, pero no se me ha ocurrido hasta hoy, al ver “el viejo y el mar” en mi mesilla de noche. De esta manera, a partir del viejo pescador que protagoniza esta obra, podemos extrapolar muchas enseñanzas que aplicar en nuestro día a día. Ya sea en nuestro trabajo o en la búsqueda de uno.
El protagonista, Santiago, al iniciar el relato, lleva 84 días sin pescar nada . Aún así, ha salido a faenar día tras día. No tira la toalla y tiene la esperanza de que algún día próximo, pescará alguna pieza. Es Tenaz. No abandona y una vez fija sus objetivos, no hay nada, ni nadie, que le haga dejarlos.
Poco a poco, Santiago va realizando las acciones lo mejor que puede dentro de cada situación, por mucho que la probabilidad de éxito sea pequeña. Ya sea disponer el sedal, cuidar su salud o cambiar de postura sobre el bote realiza cada acción con cuidado, eficiencia y reflexionando sobre los efectos que puede tener.
En este punto he decidido no incluir ninguna cita. Esto es así, por que la experiencia es la suma que se extrae de todos los actos del protagonista. Ya sea la técnica que emplea, saber interpretar las brisas marinas, reconocer los diferentes peligros del mar o saber orientarse. Todo ello, son conocimientos que ha ido obteniendo a partir de la experiencia de sus años de marinero.
Muchas veces pasamos nuestro tiempo lamentándose por aquello que no hicimos en el pasado, por aquello que pudimos haber hecho. Pero eso no tiene solución. Lo que si que podemos hacer, es centrarnos en el problema presente y atacar. Mientras hacemos eso, debemos centrar toda nuestra atención en ello y no crear expectativas.
Si tenemos unos objetivos claros, podemos establecer que es importante y que no. Que es urgente y que no lo es. de esta manera, priorizar es fundamental cuando nos enfrentamos a cualquier problema. Santiago deja de lado muchas cosas, pero no todo aquello que es necesario para obtener su objetivo final.
El protagonista acepta su “mala suerte”. No se esconde detrás de su Ego y acepta toda la ayuda que le proveen. Cuando se hace a la mar, lo hace desde una posición de respeto y así actúa delante de los retos que se le presentan.
Por último, el relato nos enseña que debemos conocernos. Santiago conoce sus fortalezas y debilidades. Sabe cuando tiene que guardar sus energías y cuando gastarlas. Igualmente, sabe sus puntos flacos y sus fortalezas.
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